domingo, 15 de noviembre de 2015

HISTORIAS DE LA CARRETERA






La Aparecida.



      Sucedió en una de tantas curvas del tramo entre Álamo y Temapache, Veracruz, carretera que hoy en día funciona como camino vecinal para algunos ejidos de la región porque fue reemplazada por una nueva, fue por los años 80's cuando Edgar González, quien conducía un camión thorton de su propiedad, regresaba de un viaje, había salido a dejar un cargamento de naranja a la ciudad de México, era pasada la media noche cuando conducía por esta vía y al pasar por una de las curvas que salía a un tramo recto de aproximadamente medio kilómetro de bajada, claramente diviso sobre la orilla de la carretera y entre la oscuridad de la noche la silueta de una mujer, con un vestido largo hasta el suelo cuyo cabello largo, se le extendía por enfrente de los hombros moviéndose como si el aire lo ajetreaba, le hacía señas extendiendo sus dos brazos como diciéndole que parara, el, sin entender de momento que estaba viendo solo atino a sacarle la vuelta para no arrollarla ya que fue algo inesperado, antes de voltear a ver por el espejo retrovisor derecho, por instinto prendió los faros reveseros del camión, y al voltear a ver ya traía en el estribo del lado derecho la silueta de la mujer, fue tal el terror que sintió que dio un fuerte giro al volante casi a grado de volcarse solo que corrigió antes, volvió a voltear y ya no había nada de mujer misteriosa. Sintió un gran temor, comenzó a sudar, el lugar por el que circulaba era despoblado, todavía faltaba para llegar a Álamo, no asimilaba lo que había pasado, ¿qué pensarían sus conocidos al platicarles?, a la vez decía que eso era lo de menos, gracias a dios evito volcarse de su unidad.



     Se cuenta que pasando esa curva han ocurrido varias volcaduras inexplicables puesto que ocurren como a cien metros adelante de la curva, se platica que hace años murió una mujer en un trágico accidente automovilístico, el mismo Edgar comentaba que posiblemente por esa aparición hubo muchos accidentes pasando esa curva, dice, tuvo que curarse de espanto y procura ya no pasar de noche por el lugar por la experiencia que vivió,  a la fecha poca gente transita por ahí ya que es un camino vecinal, los que tienen que pasar y lo hacen en horas de la madrugada comentan que se escuchan lamentos de una mujer pidiendo ayuda.

German Zaleta

10-28 Volován 

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